Al largo de la historia del cine, el cine occidental ha fabricado una cierta imagen exótica del Pacífico y su habitantes. Desde la década de 1970, Australia se ha convertido en un país productor de cine original que también llega a las pantallas del mundo. Los premios anuales del miembro de OCIC/SIGNIS en Australia de los últimos 40 años tienen en general películas destacadas. Uno de sus presidentes, Peter Malone, ha tenido un gran impacto con sus críticas de cine, conferencias y publicaciones, en SIGNIS, en el mundo católico y también en el mundo del cine. Los jurados organizados por OCIC/SIGNIS en festivales internacionales no solo otorgaron premios a películas australianas sino también de Nueva Zelanda: Con Manganinnie (1981) se presta atención a los aborígenes y a la importancia de descolonizar la imagen de los pueblos “indígenas” del Pacífico. Para Nueva Zelanda fue el premio Once we were Warriors (1994) lo que llamó la atención a los Maori. Mientras tanto, la presencia de los representantes de los pueblos del Pacífico dentro de la OCIC/Unda y SIGNIS, aumenta la sensibilidad por su realidad y por el hecho de que también tienen una cultura cinematográfica con la llegada del video. Las escuelas católicas de esta región, por ejemplo, en Nueva Caledonia, Tahití y Papúa Nueva Guinea, dan gran importancia a la educación cinematográfica, pero también a la producción cinematográfica de estudiantes y profesionales locales. Este cine joven en el Pacifico, llamado Pasifika films, está ganando su lugar en el mundo, especialmente en 2020 cuando Taiki Waititi, un maorí de Nueva Zelanda ganó un Oscar y el premio SIGNIS North America.

 

Magali Van Reeth

 

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